SEÑOR , DAME ESA AGUA
Un pasaje conocido es el de Jesús y la mujer samaritana en la biblia escrito en Juan 4 donde podemos extraer diseños preciosos del Padre Eterno. Cómo podemos leer cuenta el encuentro de esta mujer de Samaria con el Salvador. Una vida que se encuentra con Jesùs que puedes ser tu mismo/a que te encuentres con Jesùs.
Lo que primero sucede es un cambio de aguas, una separación de aguas, ella buscaba y bebía aguas naturales de un pozo de hombres, pero Jesús la guía más profundo que el pozo de Jacob, él va a sumergir esta mujer en las aguas del Padre. Ella es traída a aguas de luz y orden. Jesús le hablaba y sus palabras quitaban velos de ella se iba limpiando su vista porque entraba luz en sus ojos alumbrando su entendimiento pudiendo ver y caía de ella la información y recibía revelación. Las aguas del interior de esta mujer empezaban a conectarse a Dios y generaba sed en ella.

Ahí comienza la mujer samaritana su camino a la cruz a morir a despojarse a abrir su corazón a Dios como el proceso de una semilla de trigo que para dar fruto cae a tierra pero antes es quitada la cobertura , lo que no es, para sembrar el grano limpio. Primero habiendo pasado el proceso de separar la paja del grano, así en ella debían separarse las aguas para que ella pudiera ofrecer sus aguas al Padre. Era necesario morir.
Dios en su amor confronta con la verdad la estructuras de esta mujer para que ella pueda ver lo que le era estorbo él le alumbra con sus palabras. La mujer abre su corazón por que deseaba esas aguas. Aguas que saciarían para no tener que beber aguas de pozos naturales, para no seguir adquiriendo información, para no seguir formando un Cristo mental en ella, por eso entrega todo en el altar, se sincera, se vacía para ser llena por el Padre.
